Para la segunda mitad del 2019 recibimos una invitación por parte de los chicos de Tabú para tocar en el Centro
Cultural Ambigu. Aquella noche también fue de la partida Paladar negro, quienes presentaban a
Marge como cantante.
En Julio fuimos parte del ciclo La nave abnormal, junto a grandísimas bandas como El triángulo y JB Larralde El proyecto. Dicho evento contó también con exposición
de pinturas y fotografía.
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En Agosto volvimos a Otra historia club cultural para ser
partes del festejo por la vuelta de Veider
a los escenarios. También compartimos escenario con Oncófago, quienes ya nos habían acompañado en nuestra fecha debut.
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En septiembre nos internamos en la sala de ensayo porque
teníamos que prepararnos para una de las fechas más explosivas de nuestra
corta existencia: La Fiesta siniestra.
Esta tremenda fiesta se llevó a cabo en Octubre, en Casa Colombo y contó con la participación de Carroña sharong, Atilio,
Gurí y El buen salvaje. Además, como si semejante line up no fuera
suficiente como para considerarla una de las fechas más importantes de todas,
también fue la presentación de Víctor
Aguilar a cargo del bajo (Capítulo V).
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En Noviembre fuimos invitados por los amigos de Dive to blue, para compartir tablas en Primer piso, junto a cuatro bandas más.
Y digo simplemente “cuatro bandas más” porque no entablamos conversación con
ninguno de sus integrantes, ya que esta es una de esas fechas en que las bandas
llegan a la hora de tocar y se van apenas terminan de guardar sus instrumentos.
La excepción fuimos nosotros y Dive to blue, que nos hicimos el aguante
mutuamente. Y como dato de color quiero recordar al Gede que se subió tres
veces a balbucear palabras cuando estábamos tocando. Primero se subió en Insomnio, nuestra canción instrumental.
Ahí lo tomamos con simpatía. Después se subió cuando tocamos Deus ex machina. Acá la simpatía se fue
apagando. Y por último se subió a balbucear en nuestro tema más nuevo El ciudadano errante. Creo que fue acá
que le desconectó, sin querer, el micrófono a Nico, que se lo quería comer
crudo, pero por suerte pudimos terminar bien la fecha. De este pibe no supimos
más nada y solo nos quedó esta anécdota.
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Finalmente, en Diciembre, tuvimos doble despedida. Primero
tocamos con Fuentealba y Ana, en Panda Rojo y cerramos el año en Salasaurio, junto a Monte oculto
y Número de Tesla, en lo que fue una
noche espectacular donde nos sentimos muy cómodos y disfrutamos de cada
momento. Fue nuestra cuarta fecha como trío, y probablemente la mejor. O al
menos así lo sentimos los tres. En fin, fue un cierre espectacular.
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