Ya pasó un
año de aquel Diciembre de 2016 en el que nacía Hombre máquina antisistema como tal. Pasaron muchos ensayos y algún
que otro intento frustrado por tocar en vivo (ansiedad extrema de por medio).
Además, como si fuera poco, se produjo un cambio en la formación, pasando a
convertirse en dúo, por lo que se tuvieron que producir unos cambios obligados
en la estructura de algunas canciones e incluso en los coros. Pero, finalmente
el momento de salir de la sala de ensayo llegó. El día elegido fue el 7 de Enero.
¿El lugar? El Parque Chacabuco de Capital federal. ¿El contexto? El centenario Metallico, un festival auto
gestionado que cuenta con un largo recorrido.
La banda
que abrió dicha fecha fue Dandy Candy.
Y a las 15 horas fue nuestro turno.
Pasadas las
15 hs nos pusimos a acomodar cada cosa en su lugar, cada plato a la distancia correcta,
el nuevo pedal de bombo bien ajustado, la guitarra bien afinada, el
amplificador ecualizado, los pedales de efecto bien conectados, etcétera.
Probamos los micrófonos. El mío (Chuzzo) no funciona. Kelo, el organizador del Centenario Metallico me lo cambia. Se siente
raro probar sonido de esta manera, frente a personas que están ahí para verte.
Este sí funciona. Escucho mi voz, pero esta vez no estamos detrás de cuatro
paredes. El micrófono de Nico también parece funcionar correctamente. Todo
parece estar listo.
¿Qué
hacemos? ¿Arrancamos de una? Nos preguntamos entre nosotros, víctimas de nuestra
inexperiencia. Dudamos. La gente está esperando que toquemos. La ansiedad nos
gana y arrancamos sin probar sonido. Grave error.
La primera
canción que decidimos mostrarle al mundo (en este caso nuestro mundo eran
aquellas 20/25 personas que estaban ahí, frente a nosotros) fue una que ni
siquiera tiene un nombre definido y que además es la última que compusimos: Insomnio, una canción instrumental de 8
minutos que constantemente está sufriendo cambios.
La segunda
canción fue Las pesadas cadena de la
libertad, una de las tres primeras canciones que compusimos. Acá fue donde los problemas técnicos
nos jugaron una mala pasada: el micrófono de Nico no funcionaba, y recién en la
mitad de la canción se pudo solucionar.
El resto de
nuestra lista se completó, sin más problemas que algún que otro pifie, con Cabeza de televisor, Postapocalíptico, Hombre máquina y Antihumano.
Pero en el final la gente (En su mayoría familiares y amigos) pedía otra, pero
el problema es que no teníamos otra canción, por lo que decidimos tocar de
nuevo Las pesadas cadenas de la libertad, ya que, como mencionamos antes, había
sufrido problemas técnicos en su primer intento.
Llegó el
momento de hablar de las sensaciones de tocar por primera vez en vivo:
Nico: Lo
que sentí en este día, nuestra primera vez en vivo, fue sobre todo miedo, un
miedo tan grande que antes de salir no podía prestar atención a nada y
literalmente me temblaban las piernas. Mi cabeza iba a mil: que si se cortaba
una cuerda, que si no iba a poder configurar el amplificador por ser otra marca
o modelo, y mil escenarios posibles llenos de errores. Y por último me
preguntaba si lo merecía, ya que nunca fui una persona a la que le agrade llamar
la atención para decir algo. Pero ahí estábamos los dos. Llegó el momento en el
que al fin toqué algo con la guitarra… Libertad. Sí, logré que las voces de mi
mente se callen. Me gustaba mucho como sonaba la distorsión. Luego veo a Chuzzo
probando la batería, y escucho lo fuerte que sonaba. En ese momento todo se
convirtió en impulso, y solo quería tocar y gritar tan fuerte que se escuchara
en todo el parque.
Chuzzo:
Durante los días previos tuve sensaciones encontradas, mezcla de ansiedad,
calma, miedo y entusiasmo. Pero el sentimiento que más dominó mi mente fue el
de la duda. Dudaba de todo. ¿Sonaremos bien? ¿Nos equivocaremos mucho? ¿Se nos
nublará la mente y haremos el ridículo? Traté de tranquilizarme y que todo se dé
como deba darse. Hasta que el día llegó y, después de algunas latas de cerveza,
logré sentirme un poco más confiado. Armé la batería. Nico conectó la guitarra.
Probamos sonido en solo unos segundos, cada uno por su lado, y todo parecía
estar bien. Empezamos a tocar Insomnio.
Fui entrando en calor, en sintonía y poco a poco me fui perdiendo en la música
hasta que me abstraje del lugar ayudado también por el pelo que cubría mis
ojos. El miedo, la duda y la ansiedad se habían convertido en combustible, en
energía. Energía que luego fue música… música y libertad.
Bandas que también tocaron esa fecha: Merodat, Greensleeves, 5 TN y Raíces cruzadas.
Fotos de la
fecha a cargo de Cherry Boom
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